“Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra”. Esdras 10:4
Duramente muchos años soñé con hacer cosas para el Señor, me dormía pensando en ¿Cómo Dios me utilizaría?, veía a hombres predicando en estadios llenos, a otros orando por los enfermos y Dios sanándolos y todo ello me llevo a pensar que era casi imposible que yo lograra hacer esa clase de cosas.
Por un momento pensé que todo eso era para gente de otro nivel, y que personas comunes como yo no podían llegar más allá de mi ciudad. Y es que por muchos años me limitaba a mi mismo pensando de ¿Cómo un chico de una ciudad pequeña podría alcanzar países o continentes?
Dentro de mi había un anhelo de hacer algo mas, soñaba con cosas grandes, pero a la vez me limitaba al ver los pocos recursos que tenia de mi lado, pensaba en solo lo que en el momento veía y no más allá de lo que no podía ver.
Y es que a veces tenemos tantos planes, tantos proyectos, tantos anhelos y tantos sueños que queremos cumplir, pero no hacemos nada por conquistarlos. Sabemos que Dios puede hacer cosas grandes en nuestra vida, pero nos limitamos por ver lo terrenal, antes de lo espiritual.
En el ámbito divino todo es diferente, Dios no te usa porque tengas dinero, ni porque vivas en una ciudad enorme o porque tengas esta u otra posición, sino que te usa porque ve en ti cualidades especiales que pueden ser de enorme provecho para su reino.
A través de la Biblia vemos ejemplos de personas que no tenían a lo mejor grandes puestos, no vivían en ciudades enormes, eran gente común y corriente que Dios elegía para glorificarse por medio de ellos: Vemos a un apóstol Pablo que sin necesidad de grande recursos recorría todo la tierra entonces conocida predicando el evangelio a miles de personas. El mismo Señor Jesús cuando vino a la tierra y escogió a sus discípulos, escogió personas comunes y corrientes, para hacer de ellos herederos del reino a tal punto que sus nombres ahora forman parte de la historia.
Todo ello me llevo a pensar que no podía seguir solo soñando, que los anhelos que tenia de ser de bendición a muchas personas no podía quedar solo en un deseo de querer hacer algo, sino que tenía que transformarse en algo real y no había otra forma que ACCIONANDO.
No es fácil alcanzar los sueños, pero tampoco es imposible, y lo digo por convicción, porque lo que yo en su momento pensé imposible, realmente era posible y solo necesitaba ACCIONAR para CONQUISTAR MIS SUEÑOS.
¿Qué es lo que anhelas?, ¿Cuáles son tus sueños?, ¿Qué estás haciendo para cumplirlos?, ¿Cuándo comenzaras a accionar?, ¿Qué estas esperando?
No sé cual sea tu talento y a lo mejor puede estar escondido, pero no hay mejor forma de sacarlo a la luz y dejarte utilizar por el Señor que ACCIONANDO.
Conquistemos nuestros sueños y nuestros anhelos ACCIONANDO a partir de este día porque sin duda, Dios estará respaldado lo que coloco en tu vida.
¡Es Tiempo de Conquista!
“Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes”.
0 comentarios :
Publicar un comentario