La Biblia dice: “Dios nos creó para una vida de buenas obras, las cuales ha preparado para nosotros”. Esas “buenas obras” son tu servicio. Siempre que sirves a otros de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo uno de tus propósitos.
Salvado para servir a Dios: La Biblia afirma “Él es quien nos salvó y escogió para su obra santa, no porque lo merecíamos sino porque estaba en su plan”. Dios te redimió para que hicieras su “obra santa”. Tú no eres salvo por buenas obras, sino para hacer buenas obras. En el reino de Dios, tienes un lugar, un propósito, un rol y una función a cumplir. Esto le da a tu vida un gran significado y valor. Costó la propia vida de Jesús comprar tu salvación.
Llamado para servir a Dios: A medida que crecías, pudiste haber pensado que ser “llamado” por Dios era algo para misioneros, pastores, y otros trabajadores de “tiempo completo”; pero la Biblia dice que cada cristiano es llamado a servir. Tu llamado a la salvación incluye el llamamiento a servir.
La Biblia dice: “Él nos salvó y nos llamó a ser su pueblo, no por lo que hemos hecho sino según su propósito”. En el momento que usas las habilidades que Dios te dio para ayudar a otros, estás cumpliendo con tu llamado. La Biblia afirma: “Ahora perteneces a Él... de manera que puedas ser usado para el servicio de Dios”.
¿Cuánto de tu tiempo estás usando en servir a Dios? En algunas iglesias de China, a los nuevos creyentes les dan la bienvenida diciendo: “Jesús ahora tiene un nuevo par de ojos para ver, nuevos oídos para escuchar, nuevas manos para ayudar y un nuevo corazón para amar a otros”.
Una de las razones por las que necesitas integrarte a la familia de la iglesia es para cumplir de forma práctica con tu llamado a servir a otros creyentes.
Se te manda servir a Dios: Para los cristianos, el servicio no es opcional, sino algo que debe estar arraigado en nuestros horarios. Es el corazón de la vida cristiana. Jesús vino “a servir” y “a dar”, y esos dos verbos también pueden definir tu vida en la tierra. Servir y dar, en resumen, es un propósito de Dios para tu vida
Jesús enseñó que la madurez espiritual nunca es un fin en si mismo. ¡La madurez es para ministrar! No es suficiente seguir aprendiendo más y más. Debemos poner en acción lo que conocemos y poner en práctica lo que proclamamos creer.
Jesús enseñó que la madurez espiritual nunca es un fin en si mismo. ¡La madurez es para ministrar! No es suficiente seguir aprendiendo más y más. Debemos poner en acción lo que conocemos y poner en práctica lo que proclamamos creer.
Servicio y significado: Vas a dar tu vida por algo. ¿Será por una carrera profesional, por un deporte, un entretenimiento, fama, riquezas? Nada de eso tiene importancia duradera. El servicio es el camino a la significación real. Es a través del ministerio que descubrimos el significado de nuestras vidas.
Dios quiere usarte para marcar una diferencia en su mundo. Él quiere trabajar a través de ti. No importa la duración de tu vida sino la donación de la misma. No cuánto tiempo viviste, sino cómo lo hiciste.
Si no estás involucrado en ningún servicio o ministerio ¿qué excusa has estado usando? Abraham era viejo, Jacob inseguro, Lea sin atractivo, José fue abusado, Moisés tartamudeaba, Gedeón era pobre, Sansón codependiente, Rahab una inmoral, David tuvo una amante, Jeremías estaba deprimido, Jonás era rebelde, Noemí una viuda, Juan el Bautista un excéntrico, Pedro impulsivo, Marta preocupada, la samaritana fracasada en varios matrimonios, Zacarías era impopular, Tomás tuvo dudas, Pablo tuvo una salud pobre, y Timoteo era tímido. Esta es efectivamente una variedad de individuos que no se adaptan muy bien al ambiente, pero Dios los usó a cada uno de ellos para su servicio. También te usará a ti, si dejas de dar excusas.
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10
0 comentarios :
Publicar un comentario